Tu ausencia… Bueno, creo que es algo que ya debo comenzar a aceptar… O mejor dicho, acostumbrarme a la idea… A la fija idea que ya no estarás a nuestro lado.
Me niego una y otra vez, pero la razón me vence haciéndome caer en sus brazos hundida de dolor.
Y aunque nadie lo sabe, no creo que sea necesario decirlo, ya que es algo que todos seguro sentimos.
Llorar por ti una y otra vez…
No eres con quien pase mas momentos ni la mayor parte de mi vida, ni compartimos tantos momentos importantes, pero sí te has convertido en una persona indispensable para mi…
Ahora, ahora que ya no estarás más es cuando me doy cuenta que hubiera querido vivir junto a ti. Reír, abrazarte. Caminar de la mano juntas.. Así, como ayer, cuando aun era pequeña y me llevabas al colegio. Siempre escuchándome, entendiéndome, dandome mi espacio… Mi propio espacio, mi aire, para poder abrirme.
Recuerdo cuando soñé contigo por primera vez.
No acostumbraba soñarte, nunca lo había hecho y últimamente lo hago tan seguido.
Esa noche, recuerdo despertar con los ojos llorosos, asustada, pero sin embargo desperté tranquila… Porque no te temía a ti en el sueño, le temía a la idea. A la idea de que podía pasar.. Y hoy es cuando más consiente soy de que sucederá…
Antes de dejarme esa noche, en aquel sueño, tus palabras fueron “Lucha por él, por favor.”.
Desperté sin entender por qué había eso soñado, contigo, con él. ¿Por qué? Nunca de él te había hablado y lo habías nombrado!. Me pareció absurdo, y sin embargo jamás lo tuve que dudar. No desde ese entonces.
Quisiera tanto que hoy lo vieras a mi lado, tomándonos de la mano… Caminando juntos a la par… Pero no así! Te quiero como antes, necesito de tus chistes, tu risa, y tu hermosa y contagiable alegría que siempre tenias.
Ese brillo en tus ojos ya no es de las ganas de vivir que solías tener…
Y me duele tanto que sea así…No puedo mirarlos sin que los mios se llenen de lágrimas.
Sé que no hay nada que hacer… Siempre te llevaré conmigo, en mi corazón.
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